El Aceite de Rosa Mosqueta alimenta las células de la piel con las vitaminas esenciales para lograr su revitalización, otorga una hidratación y lubricación óptimas, logrando así la regeneración celular para darte una apariencia naturalmente tersa.
Hidrata profundamente:
Por la cantidad y calidad de los ácidos grasos que contiene, hidrata profunda y vigorozamente, haciéndolo no sólo superficialmente, sino desde las primeras capas de tu piel.
Adios a las arrugas y líneas de expresión:
Por medio de la regeneración cutánea, nutrición óptima y circulación sanguínea adecuada, desvanece arrugas y atenúa líneas de expresión.
Elimina y previene la aparición de estrías:
Desaparece de tu piel las molestas estrías; actúa tanto en el caso de estrías antiguas (blancas) como estrías rojizas (recientes). En el caso de las mujeres embarazadas se recomienda su aplicación en los pechos y el abdomen a partir del cuarto mes de gestación para evitar la aparición de éstas.
Previene el envejecimiento prematuro:
Al nutrir y lubricar efectivamente las células, el aceite previene y corrige la aparición prematura de arrugas y líneas de expresión y devuelve la frescura y juventud a tu piel.
Devuelve la firmeza y elasticidad:
Restaura en las células la producción de colágeno y fibras de elastina haciendo la piel más firme, elástica y tonificada.
Repara la piel después de la depilación:
Los tratamientos como derma-abrasión y aplicación de cera depilatoria, dañan terriblemente la piel, provocando enrojecimiento e hinchazón, el aceite de Rosa Mosqueta repara la piel devolviéndole su aspecto saludable.
Masajes faciales y corporales:
Ideal para usarlo en masajes, para enriquecer los aceites o cremas usadas, para lograr un efecto de hidratación en la piel, nutrirla profundamente y revigorizar el fibroblasto, logrando con ésto un resultado único; ya que la piel se verá rejuvenecida, fresca, muy hidratada y con mas firmeza y elasticidad.
Restaura y protege el cabello:
Actúa como un reparador natural, especialmente en el cabello seco, teñido o dañado por el sol o el frío.
Unifica el tono del cutis:
Nos ayuda en la producción de melamina, lo cual nos da por resultado un tono parejo en la piel.